En una nueva conmemoración del 8M, la Organización de las Naciones Unidas nos convoca a seguir desarrollando las bases para un mundo digital inclusivo, en el cual la innovación y la tecnología nos permitan avanzar hacia la necesaria igualdad de género.

De esta forma, el espacio digital se ha configurado como una tribuna en la cual se visibiliza la brecha existente entre personas de distinto género, donde se refuerza permanentemente que los derechos de las mujeres son derechos humanos que deben estar resguardados siempre, independiente de etnias, género u orientación sexual y en el cual se promueve y concientiza respecto de la necesidad de erradicar toda manifestación de violencia o de acoso laboral.

A pesar de este avance, la brecha en materia tecnológica sigue siendo mayor para las mujeres que para los hombres siendo, junto a la innovación, espacios ocupados principalmente por el género masculino y, en este contexto, el sector salud no es ajeno a esta situación.

Siendo el Hospital Barros Luco una institución de salud de alta complejidad que atiende a un millón 200 mil personas de la zona sur de la Región Metropolitana, requiere de un despliegue tecnológico difícil de dimensionar, de estrategias que dan soporte y conectividad a toda una red y de un plan de adquisición de equipamiento de última generación.

Progresivamente somos las instituciones las llamadas a entregar las condiciones para que las mujeres puedan desarrollarse a cabalidad en estas áreas, más aún, si se considera que el 70% de la fuerza de trabajo del hospital corresponde a personas del sexo femenino. De esta forma, debemos avanzar en aumentar el volumen de mujeres que administren la tecnología clínica, softwares administrativos y que desarrollen herramientas tecnológicas para que, de esta forma, la representación de las mujeres en estos puestos sea equivalente a la representación institucional.

Sobre esta base y entre otras medidas, en el Hospital Barros Luco desarrollamos un plan de capacitación continua, mediante el cual se llevan a cabo cursos de alfabetización digital, lo que ha permitido que un alto volumen de mujeres que consideran que el aprendizaje es un desafío personal y profesional que permite incorporar conocimientos que posteriormente irradiarán en su entorno, sean conscientes de los aportes trascendentes que pueden hacer en esta materia. Esto, se demuestra en su nivel de participación, pues de los 3.473 cupos disponibles para capacitación en 2022, 2.623 fueron utilizados por mujeres, lo que representa un 76% del total.

Siendo consciente de que, independiente del género, todo logro alcanzado en el pasado representa un avance para ofrecer hoy una prestación de salud más integral y resolutiva, debemos trabajar decididamente en promover la innovación y la implementación de tecnologías en mujeres para, de esta forma, aspirar a una atención más integral, con una mirada distinta pero complementaria y, a la vez, motivar a más mujeres a ser parte de un cambio de paradigma a la hora de usar equipamiento o de desarrollar estrategias tecnológicas en salud.