HBLT supera las 200 trombectomías en pacientes con accidentes cerebrovasculares
Según los especialistas, la trombectomía mecánica se ha transformado en el mejor tratamiento disponible para abordar el infarto agudo cerebral.
El Hospital Barros Luco dispone, desde 2012, de un sistema de neuroradiólogos intervencionales de llamado que prestan servicio las 24 horas del día, durante los 365 días del año.
Verónica Cañete (54), aún recordaba los festejos del cumpleaños número 13 del único nieto hombre de un total de siete mujeres, cuando a las diez de la mañana del 28 de abril comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza que, sumado a la imposibilidad de caminar, la obligó a sentarse en un sillón y llamar a una de sus cuatro hijas para que la llevara al Hospital Barros Luco.
Desde El Recurso, en Buin -donde se desempeña como manipuladora de alimentos -, llegó al Servicio de Urgencia. “Comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza. Sabía por lo que estaba pasando, porque había tenido otros cuatro accidentes cerebrovasculares en años anteriores. Recuerdo que me inyectaron algo que hizo que me dolieran mucho los brazos y al rato después un médico me dijo que debían operarme”.
Diagnóstico oportuno
El caso de Verónica es mirado con detalle por los especialistas. Llegó al centro asistencial con un déficit neurológico súbito y gran compromiso que podría haber generado un desenlace fatal o una postración.
“Llegó a tiempo para que fuera diagnosticada y se llevara a cabo la trombectomía mecánica. Fue un procedimiento exitoso y a las 24 horas había una franca mejoría”, dice el Dr. Manuel Alvarado, Neurólogo del Hospital Barros Luco. “Al alta se fue caminando y a pesar de la gravedad del accidente, sólo con un déficit en el lenguaje que ha ido mejorando con fonoaudiología”, recuerda el especialista.
“Nos llamó la atención que tuviera tantos infartos cerebrales, sin tener una causa y en ese sentido se revisaron las imágenes de la circulación de las carótidas y se encontró que tenía una malformación llamada WEB, el cual era el causante de los infartos cerebrales, por lo que se programó colocar un Stent, que es una especie de malla que asegura que la zona donde está la malformación no provoque más infartos cerebrales”.
Y es que según plantean los especialistas, la trombectomía mecánica, con los años se ha transformado en el mejor tratamiento disponible para abordar el infarto agudo cerebral. “En noviembre logramos las 200 trombectomías mecánicas realizadas en nuestro hospital lo que es muy importante para las personas, pero, además, para nuestro equipo porque este procedimiento, junto a la trombolisis endovenosa, son nuestras opciones de tratamiento, que hasta hace pocos años no teníamos”, dice Manuel Alvarado.
¿En qué consiste le trombectomía mecánica?
Consiste en abordar el sistema arterial a través de la ingle y de esa forma llegar a las arterias del cuello que van al cerebro, para así extraer un coágulo de sangre de un vaso sanguíneo, permitiendo que la sangre vuelva a fluir normalmente.
“A través de un catéter especial, se pasa un micro catéter, que es una especie de tubo muy fino que nos permite llegar hasta la circulación intracraneana y extraer los trombos que están impidiendo la circulación, para restablecer el flujo y hacer que el paciente pueda recuperar la función cerebral”, dice el Dr. Pablo Zúñiga, Neuroradiólogo Intervencionista y coordinador del área de intervencionismo del Hospital Barros Luco.
“El aumento en el número de trombolisis, (tratamiento farmacológico que busca disolver los coágulos) en cierta medida, hizo que se tuviera que complementar esta terapia con la trombectomía mecánica que -en ese entonces-, surgía como una herramienta indispensable y complementaria para pacientes con ACV”, agrega.
El Hospital Barros Luco dispone, desde 2012, de un sistema de neuroradiólogos intervencionales de llamado que prestan servicio las 24 horas del día, durante los 365 días del año. “Somos el primer hospital que tiene este servicio y desde ese entonces hemos prestado servicio de forma ininterrumpida para tratamiento de aneurismas cerebrales vaso-espasmo cerebral, hemorragias craneoencefálicas traumática y también para las trombectomías mecánicas. Actualmente somos el centro público en Chile que tiene el mayor número de trombectomías”, asegura Zúñiga.
Desde el punto de vista técnico, este tratamiento no se ofrece a todos los pacientes, dice Zúñiga. “Es un grupo seleccionado de quienes están cursando un accidente cerebrovascular isquémico quienes requieren el procedimiento”.
En la misma línea, Alvarado agrega que “es muy importante la consulta oportuna, pues es tiempo dependiente, o sea mientras más rápido se realice el diagnóstico al paciente éste tiene mejor pronóstico, con un límite, -en la mayoría de los casos-, de 6 horas para poder llevar a cabo la intervención”, asegura.
Según datos del ministerio de Salud, el ACV es una enfermedad que ataca a una de cada cuatro personas y actualmente es de las primeras causas de muerte en Chile. Además, de la cual es relevante poder reconocer los síntomas
Si una persona menor de 80 años presenta síntomas propios del ACV tales como problemas en el habla, entumecimiento del rostro o pérdida de fuerza en alguna extremidad, tiene un periodo de ventana de cuatro horas y media para ser atendido, que se determine qué tipo de ACV está padeciendo, se le practiquen los exámenes de seguridad necesarios y se inicie un tratamiento inmediatamente para evitar que las secuelas sean irreversibles, dice el Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Barros Luco, Dr. David Sáez.
“En el caso de las personas mayores de 80 años, el lapso de tiempo para intervenir oportunamente es menor”, agrega Sáez.