Químicos Farmacéuticos del HBLT son reconocidos en el 38 Congreso Chileno de Medicina Intensiva
Mediante un trabajo en el cual se dio a conocer el desempeño del equipo de profesionales conformado exclusivamente para hacer frente a la pandemia, el hospital obtuvo el segundo lugar en la división de Farmacia Clínica SOCHIMI.
El análisis consideró el periodo comprendido entre julio y septiembre y se tradujo en un estudio descriptivo, observacional y retrospectivo de los servicios farmacéuticos.
La emergencia sanitaria producida por el SARS-Cov-2 generó en los sistemas sanitarios una alta presión asistencial que en el caso del Hospital Barros Luco implicó aumentar en un 300% la capacidad de camas críticas y con ello, los servicios farmacéuticos debieron reinventarse para dar continuidad a la atención de pacientes.
En este contexto, la Dirección del hospital fortaleció el equipo de farmacéuticos clínicos mediante el aumento de su dotación, el cual se hizo cargo de establecer planes de seguimiento farmacoterapéutico y turnos rotativos de fin de semana, dando continuidad de manejo y resolución a las contingencias que se presentaron.
Según datos proporcionados por el equipo farmacéutico , el manejo de pacientes Covid-19 implicó una mayor demanda de medicamentos, especialmente sedantes, analgésicos y bloqueadores neuromusculares, lo cuales, entre enero y julio aumentaron hasta en un 2439%.
Es por ello que el modelo de atención desarrollado, se enfocó en la optimización de tratamientos farmacológicos para brindar una atención segura en la terapia de los usuarios y en disminuir la exposición de funcionarios.
Los resultados
El estudio -entre otros aspectos-, muestra que durante los momentos más complejos de la pandemia fue fundamental el seguimiento y monitorización de pacientes Covid-19, incorporando también actividades críticas como la evaluación y notificación de reacciones adversas a algunos fármacos, los ajustes de dosis en pacientes con insuficiencia renal, en terapias de reemplazo renal y en circulación extracorpórea.
“Ese seguimiento antes lo hacíamos solo en la UCI y en algunas camas en Medicina, sin embargo, debido al aumento de camas críticas, ideamos un modelo de atención que nos permitiera dar continuidad de atención en todas las camas críticas, aumentando la dotación. En total, cuatro farmacéuticos clínicos se distribuyeron en seis unidades de pacientes críticos, con un líder de equipo que participó en la entrega médica de pacientes”, dice Ruth Rosales, Farmacéutico Clínico Intensivo.
Otro aspecto que se destaca en el estudio son las actividades de capacitación al personal, lideradas por el equipo de Enfermería de la UPC, las que estuvieron centradas en el manejo integral de la sedoanalgesia y bloqueo neuromuscular y en la implementación de las recomendaciones para el tratamiento del Covid-19, aprobadas por el Comité de Farmacia de la institución y con el apoyo de la Unidad de Calidad y Seguridad del paciente.
De igual forma, la intervenciones más frecuentes se enmarcaron en la optimización de tratamientos antimicrobianos. En estas últimas, se realizaron ajustes de dosis en un 54% de los días de tratamiento. Además, el informe detalla que el promedio de intervenciones en seguimiento farmacoterapéutico fue de seis por paciente.
“Los servicios de Farmacia Clínica, demostraron ser una parte esencial de la atención médica, mejorando calidad del tratamiento y la seguridad del paciente, por reducción de errores de medicación en las Unidades de Paciente Crítico y fuertemente en los programas de optimización de antimicrobianos. Hoy vemos que, a través de un modelo de atención continua, se pudo contribuir activamente en la optimización farmacoterapéutica durante el periodo de estudio”, concluyó Ruth Rosales, especialista en Farmacia Clínica Intensiva.